en la pampa me hize errante,
la inzertidumbre delante,
detrás las fauces sangrientas,
el paso lo daba a tientas,
con el corazón jadiante.
Salí a vezes del monte
medré en moradas sombrías,
huyendo de las jaurías,
vi en la pared solitaria,
formando ronda gregaria,
unas siluetas vacías.