Una mañana, mientras el Aparicio intentaba infructuosamente encantar a una yarará con una quena, fue interrumpido por el célebre sabio germano.
El profesor alemán:
Soy profesor de un Imperio
Prestigioso y distinguido,
Busco a un amigo querido,
en este suelo argentino,
de nombre le dicen Gino,
Germani es el apellido.
Aparicio envalentonado:
Yo lo conozco al Germani,
Vive en un pago distante,
Discúlpeme que no aguante
La tesi que usté defiende:
Que el capitalismo desciende
De la ética protestante.
“La pampa no es tierra fértil para la sociología”, refunfuñó el alemán alejándose en la planicie infinita.
Prestigioso y distinguido,
Busco a un amigo querido,
en este suelo argentino,
de nombre le dicen Gino,
Germani es el apellido.
Aparicio envalentonado:
Yo lo conozco al Germani,
Vive en un pago distante,
Discúlpeme que no aguante
La tesi que usté defiende:
Que el capitalismo desciende
De la ética protestante.
“La pampa no es tierra fértil para la sociología”, refunfuñó el alemán alejándose en la planicie infinita.
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