viernes, 4 de septiembre de 2009

Un payador incomprendido


La obra poética de Tramontina despertó juicios dispares entre los críticos literarios. Mientras algunos la consideraron anodina e inconsistente, otros la juzgaron repulsiva y execrable. Contra viento y marea, el payador continuó componiendo, amparándose en el refrán “persevera y triunfarás”. (Evaluando la trayectoria completa del payador, algunos críticos propusieron explicarla a la luz del dicho “Persiste e irritarás”).
La pasión guitarrera de Aparicio se combinó con su temple altivo y belicoso. Guitarra y puñal se fundieron en su espíritu, más indómito que creativo. El resultado de esta convergencia fueron coplas filosas, aunque desafinadas. Se sabe, el equilibrio perfecto no existe en la naturaleza ni en el arte.
Los trazos maestros del itinerario del poeta cuchillero se delinearon en la infancia. Al recitar en los actos escolares los versos del Martín Fierro llenaba de asombro al auditorio y de tajos a la bandera de ceremonia. Durante la juventud se acentuó la atracción del poeta por todo tipo de armas blancas, por las bebidas blancas, por la blanca,,, nieves fue su lectura infantil predilecta, aunque sospechaba promiscuidad en los patrones de conducta de la heroína con los enanos.
Enfrentado a la incomprensión y al rechazo, Tramontina siguió componiendo coplas rurales que pretendían sorprender al público con rimas ingeniosas y chispeantes. La pretensión fue vana.
Sin embargo, las composiciones expresaron la esencia del hombre de la tierra, del gaucho indomable y galante que disfruta de un crepúsculo acogedor besuqueando a su China querendona y montando a su zaino de pelo hirsuto. (Bueno, en realidad, estos son hábitos comunes a la gente de tierra adentro, ritos ancestrales que trascienden a la figura de Tramontina; son, lo que se dice - parafraseando a Raymond Williams- , estructuras de sentimiento; o componentes del habitus, si seguimos la perspectiva de Pierre Bourdieu... En fin, no divaguemos más…y retomemos la presentación). Decíamos que Tramontina encarna al gaucho galante que disfruta besuqueando a su zaino querendón y montando a su China de pelo hirsuto en, lo que se dice, un verdadero crepúsculo acogedor.
Presentamos, a continuación un repertorio de opiniones proferidas por figuras consagradas de la literatura local e internacional, aludiendo a las escuálidas virtudes y frecuentes limitaciones del arte de rimar cultivado por el payador de Pila. La lista incluye los comentarios de Don Atalhualpa Yupanqui, José Hernández; Jorge Luis Borges, Pablo Neruda, Juan Gelman, Alfonsina Storni, entre otros. Los dictámenes fueron expresados en rigurosos sextetos octosílabos, de rima consonante, a los efectos de conferir musicalidad a los argumentos y de escarmentar al descarriado payador.

No hay comentarios:

Publicar un comentario