sábado, 18 de abril de 2009

Entre fugitivos.


El estruendo de los cascos de los caballos despertó al Aparicio. Tres jinetes armados estaban frente al rancho. En la carreta se amontonaban varias bolsas grises, rifles y cajas de municiones. Tramontina intuyó que eran bandoleros fugitivos. Lo que más le extrañó fue el polvoriento piano Steinway que ocupaba la mayor parte del carruaje. “Necesitamos refugio, Aparicio. Nos vienen persiguiendo desde Denver”, le dijo uno de los jinetes. “¿Y se puede saber quien los persigue?”, inquirió desconfiado Tramontina. “El sheriff, una docena de cazadores de recompensa y el gerente del Banco de Denver”. “Desensillen, el mate está listo”, sentenció el payador. En la ronda de mate, Aparicio supo que los forasteros eran Emerson, Lake y Palmer, la banda que azotaba los caudales transportados por la Wells Fargo.

ELP describen La democracia en América.

No es la tierra prometida
Ni cuna de sueños sinceros
Allí gobiernan arteros
Crueles magnates racistas
Las leyes fueron provistas
Por despiadados banqueros.

El piano lo confiscamos
En una tienda de empeño
Se lo expropiamos al dueño
Conforme a las reglas del plan,
Era integrante del Klan
Infame invento sureño.


Antes de despedirse, Aparicio convenció a los fugitivos de esconder el botín en Carhué, un lugar seguro y a salvo de inundaciones.
APARICIO TRAMONTINA, UN FACON HECHO CANTO.

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