viernes, 3 de abril de 2009

un adiós en la pampa




“Mi vida es el camino”, decía el mensaje dejado por Uma sobre la almohada.
La fuga abrumó al Aparicio. Ensilló el flete y salió a buscarla. A tono con la desgracia, la desolación teñía de gris a la pampa. Tras varias horas de galope desenfrenado, la encontró cerca del Paraje El Pino. Caminaba resuelta. No detuvo el paso ante el llamado.

Aparicio:
La primavera del alma
Se ha güelto desolación
Artera y sin dilación
Su fuga tan despiadada
Como una garra afilada,
desgarróme el corazón.

Uma:
Me aguarda un hombre en el cielo
De profesión temeraria
Esta frecuencia horaria
El Hombre Bala ha escogido
Lo siento, usted ha perdido
una alondra libertaria

El estampido del cañonazo sorprendió al Aparicio. Detrás de los eucaliptos cruzó los cielos Browning, el proyectil humano. La parábola fue casi perfecta, de no ser por el inesperado aterrizaje entre los abrojales. Abrazó a Uma, cubriéndola con su capa azul. Se alejaron a todo galope rumbo al incierto horizonte.


APARICIO TRAMONTINA, UN FACÓN HECHO CANTO.

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