miércoles, 10 de diciembre de 2008

Aparicio Cantor


Ni el canto ni el facón de Aparicio eran prisioneros de las fronteras nacionales. Todos los vientos del planeta templaban sus instrumentos.

No es custodia mi guitarra,
De grises sones camperos,
A los vientos extranjeros,
Hoy abre su repertorio,
Sus cuerdas son territorio
de Pinfloi y chalchaleros.

En mi vihuela Atahualpa,
Resucita con desvelo
También sueña mi anhelo
En su alma de madera,
Si me cuadra, de primera,
Toco Escalera al cielo.

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